Yo, LA CANCIÓN DE LA MANZANA, reconozco que suena bastante prepotente empezar siempre con el “yo”, pero, ¿qué le voy a hacer?, sólo soy una novela y esa es mi identidad.
Bueno, pues como decía, yo, etc., tenía un sueño a partir del momento en que Estrella Cardona Gamio, mi autora, puso la palabra FIN a la novela que personifico: desde el fondo de mi corazoncito primero virtual y luego de papel, quería que se me efectuara una entrevista, ¿y quién mejor para ello que mi autora? La verdad, Estrella no se hizo mucho de rogar cuando me decidí a pedírselo, y a continuación ahí tenéis el resultado:
ESTRELLA CARDONA GAMIO: -Vamos con el caprichito, ¿qué quieres que te pregunte?
LA CANCIÓN DE LA MANZANA: -Pues lo que se pregunta en estos casos... ¡Yo qué sé! ¿No eres tú la novelista?
ECG: -Y tú una manzana con ansias de protagonismo.
LCM: -¡A ver si no, tengo mis derechos!
ECG: -¿Cuáles?
LCM: -En primer lugar el de contar mi vida.
ECG: -Ja, no me hagas reír, tu vida soy yo.
LCM: -En eso estás muy equivocada.
ECG: -¡Vaya, me saliste respondona!
LCM: -Nada de eso, verás.
ECG: -Veamos.
LCM: -En cuanto una novela se da por concluida, empieza a tener vida propia, ¿lo sabías listilla?
ECG: -...
LCM: -¡Vaya, te quedaste muda, pues sigue escuchando!...
Mientras la vas escribiendo es tuya pero en cuanto acabas, la novela ya se ha emancipado, su primera etapa ha terminado y empieza la segunda: que la editen y después que el público la lea: acaba de nacer al mundo...
ECG: -¿Y?
LCM: -Los personajes cobran vida...
ECG: -¿Cómo, cómo?
LCM: -Sí, los personajes cobran vida, ¿o me vas a negar que Don Quijote y Sherlock Holmes y Watson no están más vivos que tú?
ECG: -¡Oye, oye, sin faltar!
LCM: -No falto, sólo hago constar un hecho fehaciente.
ECG: -Me molestan las novelas con lenguaje rebuscado.
LMC: -Pues te aguantas y escuchas...
ECG: -¿Qué clase de locura te ha dado?
LCM: -Calla y escucha... Cuando el público lee una novela, los personajes cobran vida, ¿no lo sabías? Cobran vida e interaccionan con el mundo real y así surge la ruta de Don Quijote y el no sé cuantos de Baker Street, lo que nunca existió se vuelve real y pasado el tiempo la gente hasta se lo cree, hay muchos que piensan que Holmes vivió de verdad y que Conan Doyle era un amigo suyo y aún superficial... Los personajes opacan al autor querida.
ECG: -Dudo mucho que a mí me suplanten Tris Dass, Battyanna Rannera y Vitolio Trozidetroci.
LCM: -Menos chulería, guapa... Claro que te suplantarán y ya puedes dar saltos de alegría si eso sucede. Cuando la gente busque en el mapa de Europa ese país centroeuropeo llamado Lantornia, habrás comenzado a desvanecerte como el humo, y cuando, lo que es peor, hablen más de Tris, Battyanna y Vitolio que de ti, ya puedes despedirte de Estrella Cardona Gamio porque no le importarás a nadie, tus personajes te habrán suplantado definitivamente.
ECG: -¡Pues menudo plan!
LCM: -Qué remedio, es el precio de la fama...¡Anda y que no estarás poco contenta cuando esto suceda!
ECG: -Si, ahora intenta arreglarlo para quedar bien conmigo.
LCM: -No, es la verdad... La canción de la manzana es tu hija, hola mami, y cuando los hijos honran al padre, a la madre en esta ocasión, el éxito está conseguido. A medida que la gente me vaya leyendo, por aquello de que soy la materia de la que están hechos los sueños, mis personajes vivirán una y mil veces, gracias a ti nacimos pero la vida nos la dará el público y hasta Lantornia será un país de verdad, y ya sabes que en literatura el que crea un país imaginario es poco menos que un genio.
ECG: -Sí, lo había oído decir, pero al inventármela, nunca pensé en eso, surgió, simplemente. Necesitaba un país destornillado y no iba a darle un nombre conocido como comprenderás.
LMC: -¿Es qué Lantornia es real?
ECG: -Oye, ¿aquí quién hace la entrevista?
LMC: -Tú.
ECG: -Gracias por la información.
LMC: -Está bien, pregunta.
ECG: -De acuerdo, vamos allá: comparándote con tus personajes, ¿te sientes acomplejada al ser una manzana? Lo digo porque Tris intenta ser periodista, Battyanna es... Bueno, es Battyanna, y Vitolio es el Caníbal-Vegetariano.
LCM: -Mientras que yo soy una manzana a la que le da por cantar, ¿no?
ECG: -Más o menos.
LCM: -Pues mira, bonita, aparte de cantar metafóricamente soy la esencia misma de la novela: pertenezco al grupo de las manzanas elegidas, ya sabes, Adán y Eva, Blancanieves y la manzana de Newton... Entonces, ¿soy o no soy importante?
ECG: -No pienso discutirlo, me has convencido.
LCM: -¿Alguna otra pregunta chorra?
ECG: -¡Oye, tú, sin faltar a la autora de tus días!
LCM: -Vale, repito: ¿alguna otra pregunta?
ECG: -Sí, ¿te gustaría tener dos hermanas?
LCM: -¿Estás hablando de una trilogía?
ECG: -Pudiera ser.
LCM: -¿Con los tres y yo?
ECG: -Como estrellas invitadas.
LCH: -Vaya, eso ya no me hace tanta gracia.
ECG: -Mujer, tu ya tienes tu novela, no seas así.
LCM: -Me lo he de pensar.
ECG: -¡Ejem, ejem!
LCM: -XWKJ!!!
ECG: -¡No sueltes tacos, eso lo puede hacer Battyanna, tú no!
LCM: -Tosía.
ECG: -Sí, como que yo soy tonta.
LCM: -Está bien, si se te ha metido en la mollera hacer una trilogía, no puedo impedírtelo.
ECG: -Muchas gracias.
LCM: -De nada, ¿cuándo empiezas a escribirlas?
ECG: -No acostumbro a comentar lo relativo a mis obras antes de hora.
LCM: -¡Pues no haber dicho nada, demontre!
ECG: -Tanteaba el terreno.
LCM: -En lugar de tantear el terreno podrías hacerme preguntas con enjundia, que por el momento no te luces mucho como entrevistadora.
ECG: -Está bien, voy a complacerte... Mira, te voy a hacer tres preguntas...
LCM: -¡Vaya, vamos de tres en tres como en los cuentos!... A ver qué se te ocurre ahora.
ECG: -Creo que te gustarán. Pide tres deseos, venga.
LCM: -¡Alto, eso no son preguntas!
ECG: -Sí lo son. Primera: ¿qué es lo que te gustaría más que nada?
LCM: -Pues... ¡Triunfar como novela, convertirme en un best seller, realizarme, en una palabra!
ECG: -Vale. Segunda pregunta: aparte, ¿qué otra cosa deseas?
LMC: -Ser traducida a muchos idiomas, eso da prestigio, ¿sabes?
ECG: -Claro, por pedir que no quede.¿Algo más?
LCM: -Tercera pregunta, deduzco.
ECG: -Efectivamente.
LCM: -Me gustaría ser llevada al cine.
ECG: -¡Caramba, eso sí que no me lo esperaba! ¿Ya tienes elegidos a los protagonistas?
LCM: -No serían extranjeros porque aquí los tenemos a los tres.
ECG: -¡Nombres, nombres!
LCM: -No pienso decírtelo.
ECG: -¿Cómo que no?
LCM: -Porque no y ya está.
ECG: -¡Eso no es jugar limpio!
LCM: -Ni limpio ni sucio, que no te lo digo.
ECG: -Al menos dime si son conocidos.
LCM: -¡Claro que son conocidos y con ellos la película sería un exitazo de taquilla!
ECG: -¿Alguno de los tres ha leído la novela?
LCM: -Es posible... Tenemos amigos comunes... No te olvides que he llegado hasta Nueva York.
ECG: -¡Menos lobos Caperucita, no presumas de lo que careces!
LCM: -Tu misma, piensa lo que se te antoje, a mí plim.
ECG: -¡Por fa, dime quienes son, no te hagas tanto de rogar!
LCM: -¡No, no y no!
ECG: -¿No?... ¡Pues se acabó la entrevista!
LCM: -¡Pues se acabó!
ECG: -¡Adiós!
LCM: -¡Adiós!
Lamento reconocer que la entrevista terminase como el rosario de la aurora. Pero el enfado no ha durado mucho, después de todo Estrella y yo nos queremos demasiado, tenemos el genio vivo nada más... Sin embargo, y previo solemne juramento de confidencialidad por parte suya, he concluido por revelarle la identidad de los actores seleccionados por mí y Estrella ha alabado lo acertado de la elección, diciéndome que el casting no podía ser mejor ni más acertado, y me ha llenado de satisfacción porque para ser yo una manzana el halago es todo un honor, ¿a qué sí?
Bueno, pues como decía, yo, etc., tenía un sueño a partir del momento en que Estrella Cardona Gamio, mi autora, puso la palabra FIN a la novela que personifico: desde el fondo de mi corazoncito primero virtual y luego de papel, quería que se me efectuara una entrevista, ¿y quién mejor para ello que mi autora? La verdad, Estrella no se hizo mucho de rogar cuando me decidí a pedírselo, y a continuación ahí tenéis el resultado:
ESTRELLA CARDONA GAMIO: -Vamos con el caprichito, ¿qué quieres que te pregunte?
LA CANCIÓN DE LA MANZANA: -Pues lo que se pregunta en estos casos... ¡Yo qué sé! ¿No eres tú la novelista?
ECG: -Y tú una manzana con ansias de protagonismo.
LCM: -¡A ver si no, tengo mis derechos!
ECG: -¿Cuáles?
LCM: -En primer lugar el de contar mi vida.
ECG: -Ja, no me hagas reír, tu vida soy yo.
LCM: -En eso estás muy equivocada.
ECG: -¡Vaya, me saliste respondona!
LCM: -Nada de eso, verás.
ECG: -Veamos.
LCM: -En cuanto una novela se da por concluida, empieza a tener vida propia, ¿lo sabías listilla?
ECG: -...
LCM: -¡Vaya, te quedaste muda, pues sigue escuchando!...
Mientras la vas escribiendo es tuya pero en cuanto acabas, la novela ya se ha emancipado, su primera etapa ha terminado y empieza la segunda: que la editen y después que el público la lea: acaba de nacer al mundo...
ECG: -¿Y?
LCM: -Los personajes cobran vida...
ECG: -¿Cómo, cómo?
LCM: -Sí, los personajes cobran vida, ¿o me vas a negar que Don Quijote y Sherlock Holmes y Watson no están más vivos que tú?
ECG: -¡Oye, oye, sin faltar!
LCM: -No falto, sólo hago constar un hecho fehaciente.
ECG: -Me molestan las novelas con lenguaje rebuscado.
LMC: -Pues te aguantas y escuchas...
ECG: -¿Qué clase de locura te ha dado?
LCM: -Calla y escucha... Cuando el público lee una novela, los personajes cobran vida, ¿no lo sabías? Cobran vida e interaccionan con el mundo real y así surge la ruta de Don Quijote y el no sé cuantos de Baker Street, lo que nunca existió se vuelve real y pasado el tiempo la gente hasta se lo cree, hay muchos que piensan que Holmes vivió de verdad y que Conan Doyle era un amigo suyo y aún superficial... Los personajes opacan al autor querida.
ECG: -Dudo mucho que a mí me suplanten Tris Dass, Battyanna Rannera y Vitolio Trozidetroci.
LCM: -Menos chulería, guapa... Claro que te suplantarán y ya puedes dar saltos de alegría si eso sucede. Cuando la gente busque en el mapa de Europa ese país centroeuropeo llamado Lantornia, habrás comenzado a desvanecerte como el humo, y cuando, lo que es peor, hablen más de Tris, Battyanna y Vitolio que de ti, ya puedes despedirte de Estrella Cardona Gamio porque no le importarás a nadie, tus personajes te habrán suplantado definitivamente.
ECG: -¡Pues menudo plan!
LCM: -Qué remedio, es el precio de la fama...¡Anda y que no estarás poco contenta cuando esto suceda!
ECG: -Si, ahora intenta arreglarlo para quedar bien conmigo.
LCM: -No, es la verdad... La canción de la manzana es tu hija, hola mami, y cuando los hijos honran al padre, a la madre en esta ocasión, el éxito está conseguido. A medida que la gente me vaya leyendo, por aquello de que soy la materia de la que están hechos los sueños, mis personajes vivirán una y mil veces, gracias a ti nacimos pero la vida nos la dará el público y hasta Lantornia será un país de verdad, y ya sabes que en literatura el que crea un país imaginario es poco menos que un genio.
ECG: -Sí, lo había oído decir, pero al inventármela, nunca pensé en eso, surgió, simplemente. Necesitaba un país destornillado y no iba a darle un nombre conocido como comprenderás.
LMC: -¿Es qué Lantornia es real?
ECG: -Oye, ¿aquí quién hace la entrevista?
LMC: -Tú.
ECG: -Gracias por la información.
LMC: -Está bien, pregunta.
ECG: -De acuerdo, vamos allá: comparándote con tus personajes, ¿te sientes acomplejada al ser una manzana? Lo digo porque Tris intenta ser periodista, Battyanna es... Bueno, es Battyanna, y Vitolio es el Caníbal-Vegetariano.
LCM: -Mientras que yo soy una manzana a la que le da por cantar, ¿no?
ECG: -Más o menos.
LCM: -Pues mira, bonita, aparte de cantar metafóricamente soy la esencia misma de la novela: pertenezco al grupo de las manzanas elegidas, ya sabes, Adán y Eva, Blancanieves y la manzana de Newton... Entonces, ¿soy o no soy importante?
ECG: -No pienso discutirlo, me has convencido.
LCM: -¿Alguna otra pregunta chorra?
ECG: -¡Oye, tú, sin faltar a la autora de tus días!
LCM: -Vale, repito: ¿alguna otra pregunta?
ECG: -Sí, ¿te gustaría tener dos hermanas?
LCM: -¿Estás hablando de una trilogía?
ECG: -Pudiera ser.
LCM: -¿Con los tres y yo?
ECG: -Como estrellas invitadas.
LCH: -Vaya, eso ya no me hace tanta gracia.
ECG: -Mujer, tu ya tienes tu novela, no seas así.
LCM: -Me lo he de pensar.
ECG: -¡Ejem, ejem!
LCM: -XWKJ!!!
ECG: -¡No sueltes tacos, eso lo puede hacer Battyanna, tú no!
LCM: -Tosía.
ECG: -Sí, como que yo soy tonta.
LCM: -Está bien, si se te ha metido en la mollera hacer una trilogía, no puedo impedírtelo.
ECG: -Muchas gracias.
LCM: -De nada, ¿cuándo empiezas a escribirlas?
ECG: -No acostumbro a comentar lo relativo a mis obras antes de hora.
LCM: -¡Pues no haber dicho nada, demontre!
ECG: -Tanteaba el terreno.
LCM: -En lugar de tantear el terreno podrías hacerme preguntas con enjundia, que por el momento no te luces mucho como entrevistadora.
ECG: -Está bien, voy a complacerte... Mira, te voy a hacer tres preguntas...
LCM: -¡Vaya, vamos de tres en tres como en los cuentos!... A ver qué se te ocurre ahora.
ECG: -Creo que te gustarán. Pide tres deseos, venga.
LCM: -¡Alto, eso no son preguntas!
ECG: -Sí lo son. Primera: ¿qué es lo que te gustaría más que nada?
LCM: -Pues... ¡Triunfar como novela, convertirme en un best seller, realizarme, en una palabra!
ECG: -Vale. Segunda pregunta: aparte, ¿qué otra cosa deseas?
LMC: -Ser traducida a muchos idiomas, eso da prestigio, ¿sabes?
ECG: -Claro, por pedir que no quede.¿Algo más?
LCM: -Tercera pregunta, deduzco.
ECG: -Efectivamente.
LCM: -Me gustaría ser llevada al cine.
ECG: -¡Caramba, eso sí que no me lo esperaba! ¿Ya tienes elegidos a los protagonistas?
LCM: -No serían extranjeros porque aquí los tenemos a los tres.
ECG: -¡Nombres, nombres!
LCM: -No pienso decírtelo.
ECG: -¿Cómo que no?
LCM: -Porque no y ya está.
ECG: -¡Eso no es jugar limpio!
LCM: -Ni limpio ni sucio, que no te lo digo.
ECG: -Al menos dime si son conocidos.
LCM: -¡Claro que son conocidos y con ellos la película sería un exitazo de taquilla!
ECG: -¿Alguno de los tres ha leído la novela?
LCM: -Es posible... Tenemos amigos comunes... No te olvides que he llegado hasta Nueva York.
ECG: -¡Menos lobos Caperucita, no presumas de lo que careces!
LCM: -Tu misma, piensa lo que se te antoje, a mí plim.
ECG: -¡Por fa, dime quienes son, no te hagas tanto de rogar!
LCM: -¡No, no y no!
ECG: -¿No?... ¡Pues se acabó la entrevista!
LCM: -¡Pues se acabó!
ECG: -¡Adiós!
LCM: -¡Adiós!
Lamento reconocer que la entrevista terminase como el rosario de la aurora. Pero el enfado no ha durado mucho, después de todo Estrella y yo nos queremos demasiado, tenemos el genio vivo nada más... Sin embargo, y previo solemne juramento de confidencialidad por parte suya, he concluido por revelarle la identidad de los actores seleccionados por mí y Estrella ha alabado lo acertado de la elección, diciéndome que el casting no podía ser mejor ni más acertado, y me ha llenado de satisfacción porque para ser yo una manzana el halago es todo un honor, ¿a qué sí?